Valeria: mucho hype, mucha superficialidad

Disclaimer: esta reseña abarca desde la primera a la segunda temporada de Valeria. En la tercera temporada el estilo y el arco de los personajes cambia notablemente y por lo tanto no se puede extrapolar lo aquí expuesto a esta última temporada, mucho mejor desde mi punto de vista.

Tuve muchísimas ganas de ver la serie de Valeria en cuanto mis amigos me dijeron que saldría en Netflix. Les había hablado muchísimas veces del primer libro de la saga de Elísabet Benavent. Concretamente, les había hablado de cómo descubrí que se podía escribir erótica en un libro de romance mainstream al leerlo. Así que obviamente varios de ellos me contactaron para avisarme de que estaría en Netflix pronto. Y yo estaba súper emocionada. Estaba dispuesta a poner publicaciones por todos lados para adular a una serie que estaba basada en un libro de erótica. Por fin. Un libro que me había marcado. El sexo mostrado de forma explícita, realista, descriptiva, todo en la gran pantalla y alejado del porno. Una serie que mostraba el sexo como parte íntegra y normal de la vida de una persona.

Y entonces empecé la serie. Con cada episodio, mi emoción se iba empequeñeciendo e iba siendo sustituida por una creciente decepción. Habían transformado una historia erótica con personajes complejos en los que muchas nos veíamos reflejadas en una historia de amor cualquiera. Habían cambiado la trama. Ni siquiera había escenas de sexo como una esperaría porque, repito, la serie está basada en una novela erótica. Habían eliminado lo que para mí era la clave del libro: normalizar y erotizar el sexo de personas como tú y como yo. No sé si el equipo de producción se ha informado mucho de por qué la saga de Valeria (y en general los libros de Elísabet Benavent) tienen tanto éxito… Por los paisajes no creo que sea.

Portada de la primera temporada de Valeria
Portada de la primera temporada de Valeria

En fin, que parece que si queremos hablar de sexo real, bueno –sexo en el que la gente experimenta, lo pasa bien o la lía– entonces tenemos que hacer comedias o dramones: Sex Education, Euphoria, Bonding. Que sí, que me encantan esas series también, pero estaría bien que tuviésemos series centradas en el sexo que lo tratasen de forma seria sin tener que relacionarlo con experiencias traumáticas. Si conocéis alguna serie así por favor decídmelo, porque quiero verla (igual podríamos meter Easy en esta categoría, ¡tengo que ponerme a verla cuanto antes!).

Valeria y el sexo

Bueno, pero ¿qué problema tengo con el sexo que aparece en Valeria? Hay cierta variedad de prácticas, que está bien, pero la mayoría es sexo con penetración y además no se enseña la fase previa a eso, el calentamiento, o los mal llamados preliminares. El sexo con penetración, ya sea con mujeres o con hombres, no se puede hacer simplemente tras darse un beso. Hay que trabajárselo un poquito más. Este trabajárselo está incluido en el libro pero no en la serie. ¿Para qué coges un libro de erótica si vas a quitar lo bueno, lo distintivo?

En el libro original, las escenas de buen sexo se producían entre los personajes entre los que realmente había conexión. No sé si eso era a propósito o no. La autora solamente detalla toda la escena en esos momentos donde sabes que los dos implicados se aprecian. Es un buen recurso, a mi parecer. Pero eso no ocurre en la serie. O sea que aunque tenemos una variedad de prácticas sexuales, seguimos con la arcaica dicotomía; o sexo con penetración, o el resto de las prácticas sexuales. ¿Qué tal si mostramos las dos opciones juntas pronto, por favor?

Y ya como apunte final, hay una escena de una felación que se repite una y otra vez, y la verdad es que se hace cansina. Primero, se trata de un retrato de sexo muy unilateral, en la que ella le hace un “favor sexual” a él que él no le devuelve, pero la mujer se queda plenamente satisfecha. Por favor. Si tan cachonda le pone eso, no me creo que se quede tan pancha sin correrse ella también. Luego está lo de las repeticiones simplemente con el objetivo de hacer el chiste de que a la lesbiana no le gusta comer pollas, que no se lo puede ni imaginar. Pues sí, ya nos lo figurábamos desde el momento que sabemos que es lesbiana, gracias por la aclaración. Pero supongo que podríamos dejar pasar eso como diferencias humorísticas, no sé.

Y la cosa es que deberíamos haber superado ya la idea del sexo falocéntrico. No puedo ni siquiera contar el número de mujeres que están hablando sobre este tema, que están cansadas de que la penetración sea el centro del acto y que las escenas sexuales estén tan masculinizadas. Estamos por todas partes. Si no nos has visto es porque no has querido mirar. Claro que a muchas mujeres les gusta la penetración, pero la penetración no lo es todo. Si querían una serie erótica feminista, en mi opinión deberían haber incluido más cunnilingus, masturbación… sin la necesidad de que el pene entre en la vagina. Variedad. Las mujeres estamos pidiéndolo a gritos.

Valeria y Víctor
Valeria y Víctor

Tienes que escribir una novela erótica sobre la vida sexual infeliz que tienes.

Eso le dice Víctor a Valeria al principio de la serie. No se puede describir mejor a lo que suena la historia al completo.

El feminismo en la serie Valeria

Otra cosa que me molestó sobremanera de la serie es que intentaron transmitir ciertos mensajes políticos –concretamente sobre feminismo– cuando no parecen tener mucha idea sobre el tema. Para empezar, no hacía falta cambiar la trama de los libros, porque ya eran políticos de forma bastante revolucionaria en el momento en el que se publicaron. Fueron unos bestsellers que estaban en todas las librerías conocidas que tenía a cuatro mujeres protagonistas que hablaban sobre sexo y que además se intentaban empoderar a través de él. Tenían personalidades con las que muchas mujeres nos podíamos identificar y además rechazaban abiertamente el slut shaming. No era la típica historia del millonario dominante sabelotodo, se distanciaba de los estereotipos de las mujeres en el sexo y además lo que le pasa a Valeria en el libro le puede pasar a cualquiera. Sus problemas matrimoniales son creíbles, su atracción hacia otro hombre es creíble, y por suerte cuenta con unas amigas increíbles. Simplemente eso ya era revolucionario en el mundo de la erótica en español cuando salió (algunas de esas cosas siguen siendo revolucionarias ahora). Todo esto se pierde en la serie: los personajes son más superficiales y es difícil conectar con ellos.

No diré que “En los zapatos de Valeria” es un libro 100% feminista, porque hay cosas que me han rechinado al releerlo para hacer esta reseña, pero sin duda fue un gran avance en el momento en el que se publicó.

Supongo que intentaron actualizar la historia dándole un mensaje feminista más contemporáneo… que sonaba hueco. ¿Por qué? En primer lugar porque las únicas personas abiertamente feministas son las lesbianas, las trans y las personas no binarias. Al resto de mujeres no parece importarles mucho el tema y el único hombre que aparece hablando sobre ello es claramente antifeminista. Pues, mira, sorpresa, las mujeres heterosexuales también forman parte del movimiento feminista. Estar en una relación con un hombre no te descalifica de ser feminista simplemente para que seas más agradable para tu pareja. Hubiese sido muy fácil meterlo en la historia, y más creíble, puesto que la mayor parte de las mujeres de hoy en día se definen como feministas, y aun así no lo hicieron. Añádele a eso que cuando Nerea, la lesbiana, habla sobre feminismo empieza con una perorata que realmente no viene muy al caso en ese momento y suena bastante falsa, y tenemos un resultado perfectamente ridículo.

Además resulta que Nerea, en teoría tan feminista, no tiene tacto con sus parejas y las trata bastante mal, a mi parecer –un mensaje feminista perfecto, sin ninguna contradicción, ¿eh? Así que al final el mensaje que intentan enseñar acerca de la “agenda feminista” es cuanto menos irónico.  La peor parte es que los libros ya eran feministas (para su momento) sin tener que subrayarlo. Era un libro protagonizado por mujeres hablando de sexo. Eso es revolucionario ahora, imagínate en 2013.

Las cuatro amigas en uno de los edificios de Madrid
Las cuatro amigas en uno de los edificios de Madrid

Además, en el libro, Carmen (una de las amigas) es plus size y su relación con su cuerpo es buena. No se avergüenza de su peso ni de sus curvas. Y esto fue bastante antes de que el movimiento body positive fuese tendencia. Lo único que le puedo criticar al libro en ese aspecto es que parece que como Carmen es “grande”, su novio ha de serlo también, y Benavent acaba haciendo bastante hincapié en eso. Pero luego vamos a la serie y… Carmen es la actriz más delgada de todas, matando el mensaje de que una talla grande no es enemiga de la autoestima corporal que el libro era capaz de transmitir sin que sonase forzado.

Y ya por último, las mujeres en el libro son unas amigas increíbles. La amistad entre esas cuatro mujeres trasciende peleas, celos y problemas de chicos. Esa amistad es feminista porque rompe la narrativa de que las mujeres siempre tenemos que estar peleándonos entre nosotras y apuñalándonos por la espalda. En el libro esta amistad sana se mostraba natural, mientras que en la serie el grupo de amigas se convierte en un grupo de mujeres que solo están interesadas en oírse a sí mismas hablar. Quizá porque cada una tiene sus problemas e intentan condensar eso en ocho episodios. No se ayudan apenas entre sí, no se escuchan, se pasan la serie mirando su propio ombligo tan detenidamente que casi me sorprende que se supieran los nombres de las demás.

El mensaje de feminismo cutre que intenta mostrar la serie es lo que sale cuando intentas forzar una postura política en la que no crees realmente o que no entiendes del todo. Haces el ridículo. Hubo otros problemas sociales que en la serie retratan muy bien, como por ejemplo el problema de la vivienda. O sea que mandar un mensaje saben hacerlo. Lo que no saben es representar al feminismo.

¿No hubo nada de nada que me gustase de la serie? Bueno, sí, hubo una cosa: pude ver mi ciudad natal incluso estando en cuarentena lejos de casa.

¿Te interesa cómo se representa la sexualidad femenina en las series?

Pues entonces te va a encantar A volantazos: sexualidad femenina en las series, mi nuevo libro. En él analizo qué ideas sobre la sexualidad de las mujeres aparecen en Sex Education, Élite, Fleabag, etc. y cómo eso construye la narrativa de la sexualidad de las espectadoras. Como ya sabes, es un tema que me apasiona, que trato en mi blog y sobre el que me informo continuamente, así que este libro es un sueño hecho realidad.

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